Enclavada en las altas praderas de Nombre de Dios, en Durango, se encuentra una antigua destilería. Con la nueva generación al mando, los hermanos le dieron su toque moderno, poniendo a punto un sistema de energía solar que alimenta toda la operación. Fiel a su forma original de destilar, el proceso es totalmente artesanal, con doble destilación en alambres de cobre. El terruño de Pradera se filtra en este aguardiente de forma muy distintiva, aportando notas de heno, cuero y un persistente sabor a maíz quemado.